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Ínsula Barataria.

De ovejas y algarrobos.

Fiat lex et péreat mundus.

El pasado 9 de febrero, Luciano ingresó en prisión por culpa de sus ovejas. Éstas, desconocedoras de la ley, invadieron una propiedad privada y dañaron algunos pequeños ejemplares de algarrobo, árbol protegido, por lo que fue denunciado y condenado a una multa de 1.500 euros y a que su ganado no volviera a hacer lo que hizo. Además, se le condenó a tres meses de prisión, pero al carecer de antecedentes, se le concedió la libertad condicional.
El pastor consideró que se trataba de una injusticia y en protesta decidió robarle unos pollos al propietario de la finca que lo había denunciado. Fue entonces cuando, por sentencia firme, el juzgado lo condenó a ocho meses de prisión y una multa mucho mayor.

Pero Luciano vive en una choza sin luz ni agua corriente en Arcos de la Frontera, y no puede hacer frente a la multa. Desde que entrara en la cárcel, más de cien de sus ovejas se han muerto porque su mujer e hijo, de 17 años, no saben cuidarlas ni tienen con qué alimentarlas".
Periodistadigital

Quijote 2005.

“-Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado, que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado, que cada día me falta una; y porque castigo su descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.
-¿’Miente’ delante de mí, ruin villano? –dijo don Quijote-. Por el sol que nos alumbra, que estoy por pasaros de parte a parte con esta lanza. Pagadle luego sin más réplica; si no, por el Dios que nos rige, que os concluya y aniquile en este punto. Desatadlo luego”.
I-Cap. 4.

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