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Ínsula Barataria.

Malos tiempos para la lírica.

REQUIEM OBRERO.

“¿Qué es lo que está matando al PT para tener que darle la extremaunción? La forma como trata la llaga mortal que afecta a la gran mayoría del pueblo brasilero desde hace siglos: el flagelo de la miseria y de la exclusión. Por lo menos 1/3 de la población vive condiciones inhumanas, al lado de un grupo razonable de gente que dispone de lo necesario para vivir, y de un pequeño porcentaje de muy ricos que acumulan en uno de los niveles más altos del mundo.
Hace ya 25 años que el PT se propuso conquistar el poder para hacer el cambio necesario. Su candidato era el más representativo: hijo del caos social y sobreviviente del hambre, carismático, cordial…
¿Hizo entonces los cambios prometidos? Consiguió una proeza: transformar el Partido de los Trabajadores en el único Partido neoliberal de los Trabajadores del mundo. No sólo asumió la macroeconomía neoliberal sino que la radicalizó con una preocupante tasa de iniquidad social y ambiental. Ahora se mata y se desforesta temerariamente con tal de traer dólares. No para pagar la deuda social sino la deuda monetaria. El Gobierno, más que cuidar del pueblo, gerencia las monedas, pues en este tipo de macroeconomía lo que realmente cuenta no son las personas sino los números y las monedas.
Admitámoslo: se ha hecho mucha cosa buena. En este Gobierno hay más ética y transparencia que en cualquiera de los anteriores. Los 26 millones de beneficiarios de Bolsa Familia han pasado del infierno al purgatorio y se sienten como si estuvieran en el cielo. No son pocos los que también dicen con cierta vergüenza: me gustaría recibir un trabajo y no una limosna.
El PT está dejando de ser el instrumento del cambio. Prolonga los dominadores de antes, pero de peor forma, porque usa los símbolos y el lenguaje de los Moisés libertadores. Todavía tiene tiempo para cambiar. Si no, pediremos que venga el cura con el óleo santo de la extremaunción. Y le cantaremos el «Dies irae, dies illa»… de la vieja liturgia de la antigua Iglesia”.
Leonardo Boff

Quijote 2005.

“-Eso, hermano Sancho –dijo el canónigo-, entiéndase en cuanto al gozar la renta; empero, al administrar justicia ha de atender el señor del estado, y aquí entra la habilidad y buen juicio, y principalmente la buena intención de acertar: que si esta falta en los principios, siempre irán errados los medios y los fines…”
I-Cap. 50.

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