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Ínsula Barataria.

Se subasta la mierda

Se subasta la mierda La demanda supera a Kioto

¿Por qué el precio de la tonelada de CO2 está duplicando la cotización de principios de año?

El aumento de la demanda de derechos explica esta tendencia.

El viernes pasado, el mercado europeo de derechos de emisión cerró a 18,59 euros, un 1% más que en la jornada anterior. Éste es el precio que alcanzó la tonelada de dióxido de carbono (CO2) en la bolsa europea y que más que duplica las cotizaciones que los gases contaminantes alcanzaban en 2004 en el mercado informal.

El aumento de la demanda está contribuyendo a la subida de la cotización del CO2. Una demanda que, no obstante, presenta fuertes oscilaciones, con unos volúmenes diarios de contratación de entre 100.000 y 500.000 toneladas de CO2.

“A mediados de año será cuando empiece a multiplicarse la actividad en el mercado, porque las industrias tendrán más claras sus necesidades de derechos y están más cerca del final del ejercicio, que es cuando deben rendir cuentas de que sus emisiones reales se han ajustado a la asignación recibida”, explica un bróker de CO2.

Algunas grandes compañías energéticas aprovecharon los bajos precios del comienzo del año, cuando la tonelada costaba unos 7 euros, para adquirir derechos. Fuentes de la bolsa europea de emisiones aseguran que alguna eléctrica española participó en algunas de estas compras.

El incremento de la demanda de derechos también tiene que ver con las necesidades de los países, que ahora están más claras. Países como España, Reino Unido, Francia y Italia tienen déficit de derechos. En cambio, los nuevos socios de la UE, excepto Polonia y Rusia, pueden tener excedentes de derechos por ser economías en transición donde la industria aún está poco desarrollada.

La demanda también puede derivarse del sector financiero, donde algunas entidades han creado productos de inversión relacionados con Kioto".
Expansión

Quijote 2005.

“-Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas…”
I-Cap.11

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